Ayer nos adelantamos a la celebración y hoy hemos querido aprovechar el día para celebrarlo junto a nuestras familias en la calidez de nuestros hogares, nosotras que podemos…
A diferencia de otros años, nos encontramos con un sentimiento agridulce. Nos duele no poder estar celebrándolo en las plazas, en las calles, ocupando ese espacio público históricamente negado, nos duele volver a la invisibilidad de nuestras casas. Nos duele también no poder celebrar nuestro día junto a todas nuestras familias y nuestros seres queridos.
Nos duelen especialmente las muestras de racismo y antigitanismo que estos días se contagian más rápido que cualquier virus y se adueñan de nuestras calles y nuestros barrios. Nos duele la impunidad de las mismas.
Nos duele el abandono institucional del que muchas familias están siendo víctimas en estos momentos difíciles; familias que aún siguen esperando respuestas y recursos, familias que se ven con ayudas suspendidas y sin posibilidad de acceder a los tramites para la reanudación de las mismas, familias que continúan haciendo frente a la cuota correspondiente a los mercadillos…
Hoy, nos duelen muchas cosas, pero ni eso es parece ser suficiente para parar este orgullo que nos nace de dentro. Orgullo de pertenecer a un pueblo que resistió y resiste unido desde la comunidad, desde lo colectivo. Orgullo de nuestra Phenjalipen, de nuestra historia, de nuestros valores y de nuestros saberes.
Orgullo, hoy y siempre, desde casa y desde las calles, de ser GITANAS.
Nos gusta pensar que, como ella dice, al COVID-19, como al antigitanismo, ¡LO VAMOS A DERROTAR!
#8DeAbrilEnLaCasa
#PorLosAusentesPorElFuturo
#8DeAbrilPorNuestrasFamilias